miércoles, 23 de abril de 2014

Educación vs. Feminicidios


Pensar que todas las cosas pasan por culpa del Gobierno de turno, es una soberana estupidez de la sociedad. Que vayan a dar 4 días feriados sin importar el freno que implicaría para nuestra frágil economía, es condenable y punible al Gobierno, pero decir que la alarmante ola de feminicidios es porque los Ortega están en el poder, es pasarse de listo y caer en actos de manipulación, una especialidad de los medios y los agentes desestabilizadores que sobran en este paisito.

Ahora, asusta la cantidad de mujeres que mueren día a día a manos de sus ex parejas porque realmente la frágil línea de tolerancia o sentido común se perdió en alguna parte del proceso de la estructura social. Tampoco creo que sociólogos o psicólogos tengan la repuesta a este mal, estoy seguro que está en nuestros hogares.

Ahora populan las familias disfuncionales porque a algunos se les ocurrió hace algunos años, que el libre albedrío era mejor que el control que tenían los padres en los hogares y con la libertad llegó el libertinaje y con ello todos tipos de males.

La Ley 779 no va a detener la ola de asesinatos de parejas. Pero falta convencer a los que creen eso. Mucho antes existían penas severas por asesinatos, robos, homicidios, accidentes de tránsitos y la tasa de criminalidad seguían altas, aunque existían leyes que condenaban con multas severas y cárcel a los que la infringían, pero jamás ha sido un freno para que no sucedan las cosas.

El punto es que debemos auto educarnos y educar. Enseñar a nuestros hijos y a los que podamos, que nadie es dueño de nadie, que las relaciones de noviazgo, laborales, de amistad o deportivas, etc, pueden y deben terminar cuando una o las dos partes así lo dispongan. Que deben ser vistas de la manera más sencilla y normal para no generar traumas, que en la vida se gana y se pierde, y que de las derrotas salen las mejores lecciones.

Debemos enseñar a nuestros semejantes, que perder un juego o un noviazgo no es motivo de vergüenza, de desprestigio. No es el fin. Es quizás la mejor opción para comenzar una nueva era, la mejor de tu vida. Debemos saber que nuestros amigos no son nuestros, que nuestros hijos tampoco, por lo tanto nuestra pareja no es parte de nuestro inventario.

Pero solo educando a los miembros de la sociedad es que vamos a alcanzar otros niveles de vida. 

miércoles, 26 de marzo de 2014

Clásico y Religión


@caleroedwin
Una de las hermanas de mi esposa, me invitó el domingo pasado a un culto de acción de gracias en su casa. El 25 de diciembre se cayó y su rodilla apenas sufrió una fisura, hoy que está recuperada agradece a Dios su misericordia por que las consecuencias pudieron ser peores. Sin embargo, lo pintoresco de la jornada fue que se jugaba el Clásico del fútbol español, a la misma hora del servicio religioso.

A mi cuñada le importa un bledo los deportes, la política y los sucesos sociales. Ella vive para trabajar y ser religiosa, las agendas sociales no cuentan para ella. Junto a mi familia disfruté en casa de la primera mitad del Clásico y luego enrumbamos hacia el norte, al servicio religioso.

Sin embargo, aunque la hora convocada eran las tres de la tarde, mismo momento que iniciaba la segunda mitad del juego. Resultado, la mayoría de las sillas vacías y los que llegamos puntuales, a esperar a “los otros”, los impuntuales por razones terrenales, o banales diría mi madre.

Cuando el Reverendo comenzó su predica, su rebaño recibió la exhortación puesto que no concibe ni acepta que un “Clásico”, once contra once en el terreno de juego, o 4 locos detrás de una “pelota” diría una amiga, hayan preferido ver todo el juego que ir a recibir palabra de Dios. “Ojalá que cuando el Señor venga a buscar a su pueblo, (recriminó en voz alta, para que escuchara el vecindario completo) no estén jugando esos tales equipos del Barcelona y Real Madrid”.

miércoles, 5 de marzo de 2014

La especulación y sus cuentos


En las aulas de clases se nos enseña que no debemos hacer periodismo de especulación. Que el periodista cuenta las historias con un lenguaje funcional, fácilmente comprensible para el receptor y sobre todo, de manera objetiva, veraz y profesional. Pero basta con ver desde las ventanas de los buses o los automóviles, la primera plana de los diarios para despertar en nuestra cruda realidad.

Los límites acá no existen y con el afán de vender ejemplares, los editores se lanzan al ruedo del sensacionalismo y traen grandes titulares sin medir las consecuencias particulares y generales. Decir que el Presidente de la República posiblemente esté muerto, simplemente porque no compartimos su ideología política, es irresponsable y la factura de la CREDIBILIDAD llegará cuando él personaje aparezca vivo.

Pero si tenemos un público adoctrinado, pues seguirán creyendo nuestras mentiras aunque para ellos sigamos inventando historias como las de “Pancho Madrigal” y que desde el domingo nos roblaron la tablet y no habíamos cambiados contraseñas. La mentira tiene patas cortas decía mi abuelita que en paz descanse.

Pero existen otras consecuencias que gracias a Dios, este pueblo no sufrió con los “comics” de un diario local, y es que se pudo desatar una crisis generalizada en el país al anunciar un vacío de poder. El combustible pudo subir de manera descontrolada y con ello, la canasta básica y el costo de la vida de la gente proletaria que al final a los políticos solo les importa cuando hay elecciones.

La especulación fue creada para generar intrigas palaciegas que por gracia de Dios no nos generaron más que estados de ánimos encontrados puesto que aún no paramos de reír con las ocurrencias y las anécdotas que siguen fluyendo de manera poética y muy irresponsable desde el mismo diario.

Los medios tienen capacidad para sugerir significados diferentes a sus públicos, y peor aún cuando las ideologías de los que escriben o hablan es demasiado personal y hacen discursos, filosofan, especulan, logrando de esa manera desinformar.

Al perder la honestidad y la ética presentando una noticia que es un hecho de interés público, de forma irresponsable, nos damos cuenta que el medio busca imponer sus ideas sin importarle en lo más mínimo que subestiman y faltan el respeto a su público con un circo mediático sensacionalista que desvirtúa la realidad con un fin personal.