lunes, 28 de octubre de 2013

Una “mafia” que afecta al Barca

Tan sólo el miércoles pasado, leíamos en los diarios españoles la autocrítica de Javier Mascherano, quien aceptaba que gracias a su error en el que terminó dándole la pelota a Robinho, el Milán marcaba y al final el Barcelona empataba un desafío que debió ganar en la continuación de la Champions.
Pero como aficionados no podemos sólo pretender que Mascherano no sea titular, algo que no se dará porque es decisión ya tomada por un Lionel Messi que lo instituyó en ese rol aún sobre la fuerza que tenía el mismísimo Pep Guardiola. Ya hay que quedar claro en algo real, en el Barcelona se hace lo que dicta Messi y peor aún para Gerardo 'Tata' Martino, quien llegó al banquillo del Camp Nou por incidencia de la pulga.
Soy aficionado al Barca, pero eso no impide que sea crítico con el juego de ese conjunto. Mascherano no es central y por la condición de argentino es que juega una posición que la llevan mejor Marc Batra o el viejito Charles Puyol, en detrimento de los intereses del Barcelona.
Y tan claro estamos que Javier no debería jugar esa posición, que aún hoy los madridistas siguen llorando porque le derribaron a su ídolo en el área de los 16:50 y Undiano Mallenco no marcó el penal a favor de la “Casa Blanca”. Y sí, adivinaron. Fue Mascherano el autor de la polémica jugada de la que se valdrán los madridistas para llorar en el resto de la campaña y peor aún, si no levantan cabeza.

Y Mascherano seguirá jugando por disposición de Messi y de concretarse la firma del Kun Agüero, este llegará para ser titular en detrimento casi seguro del mismo Neymar. El clan argentino del Barca se mueve como una mafia, que sólo responde a los intereses del “todopoderoso” Lionel Messi.

sábado, 19 de octubre de 2013

Venciendo el menosprecio

Bueno caballetes, estamos en semifinales y en pie, listos para seguir dando batallas, conquistando triunfos y haciendo historias de las buenas para nosotros, y lecciones de vida para aquellos que se atrevan a menospreciarnos aunque sea con el pensamiento.

Que lujo el que nos dimos ayer con esa canasta de 3 puntos del "Gallito" faltando cinco segundos por jugar, ser apenas el primer clasificado a la semifinal. Luego, La Primerísima consiguió su boleto a costa de la Alcaldía de Managua. Los dos equipos con entrenadores de Primera División, fueron los dos primeros eliminados de la Liga de Baloncesto de los Medios de Comunicación.


Acá todos contamos y todos vamos a jugar dentro de la lógica rotación del personal, puesto que además queremos ganar. La utilidad de Humperdinck MartínezMarlon Calero López, Moisés Reyes y Douglas Ariel Perez no está reducida a minutos, son necesarios y valiosas su presencia, los puntos que aporten o el hecho de estorbar en la cancha es de gran utilidad. Ayer Humper se movió inteligente en el primer parcial y aunque el aire le faltaba, esta ahí dando su esfuerzo.


Francisco Jose Amador Cerda nos está dando una gran defensa, Lesther Balladares agregó fortaleza defensiva y generó ofensiva, para Enrique Manuel Portocarrero Blandon y Lester Gallo se quedan cortos los calificativos que tenemos para agradecer su apoyo y del trompudo Einis Oporta, nos faltan palabras para saludar su esfuerzo por hacer acto de presencia puesto que en ambos juegos llegó tarde, y con nosotros perdiendo, y a su llegada la nave enderezó el rumbo hacia la victoria.

Emir Alfaro Mercado y Yader Bervis en el primer juego dieron su valioso aporte y Oscar Mejía desde la grade estuvo incidiendo. Hemos jugado en equipo, con pleitos infantiles dentro de la cancha que llegan por el calor del juego, que lo incitamos porque creemos que el otro puede dar más y sólo lo leo como fe extrema en tu compañero. 

Estamos en semifinales, sufriendo en el trayecto hacia acá, pero ahora rebosantes de alegría por la conquista. Y aunque la expresión no le guste al gordo auto llamado "matador", pero calificado por ustedes como mariposón Mejía, ¡Vamos por más victorias!

Las pesadillas de las TUC

La unidad del transporte colectivo se acerca rápidamente a la parada, que no solo luce desierta, pues lo está. Apenas estamos seis ciudadanos en un sitio en el que día a día suben y bajan de los buses más de 50 mil personas. Para variar, viene a exceso de velocidad, característica principal del transporte público de Managua.

El brillo de las luces de los nuevos focos alojenos que luce este destartalado bus me trae a la realidad, soñaba despierto y lo peor, no sé con qué. Ahora, lo importante era encontrar la pinche tarjeta TUC que regresar al tiempo del sueño. ¡Mierda! en qué pensaba que no tengo a mano esta pendejera pensé.

Una corriente helada recorre mi espina dorsal. No me puede dejar este bus y los otros 5 ciudadanos ya están a la puerta del bus ¿y la puta tarjeta, dónde está?

Las bolsas delanteras de mi pantalón ya ni monedas cargan. Están vacías como mi estómago. No como desde las 12 del mediodía y ya son las 8 de la noche. ¡Que día! ni un café tuve tiempo de hacerme. Y en las bolsas de atrás, un pañuelo y las llaves que cuelgan de un llavero.

Son las 8pm y este debe ser el último bus de la jornada, y las luces tenues que alumbran el paisaje desolador me recuerdan el largo prontuario de delitos que se han suscitado en este lugar. Hace tres días José Abraham en el noticiero de la TV narraba con lujos de detalles como los delincuentes que azotan el sector, habían pelado a un prójimo.

Y es que los árboles de chilamates sólo en el día tienen verdadera utilidad, por la fresca sombra que regalan a los comerciantes y traunsentes de esta parada de buses. Pero en la noche, son la guarida perfecta para los hijos de su puta madre delincuentes.

Sudo a mares. Me toco y me toco y no está la tarjeta. ¡Donde la puse diosito lindo! El tiempo juega a mi favor por unos segundos. Una señora, la primera en abordar el bus tiene problemas, el validador no reconoce la tarjeta. “Pero si le recargué 50 pesos esta mañana”, reclamaba y en forma de disculpa por la vergüenza escénica.

El conductor replicaba mientras mira hacia otro lado: “Pero la anda en cero señora, no atrase”. “No se desespere señora, pásela otra vez, quizás no hay sistema en este momento”, dijo una muchacha desde el fondo del bus. “Con paciencia y saliva, todo se puede madre”, le dijo un tipo que se hacía pasar de gracioso.

Y yo seguía tocándome de norte a sur, de este a oeste. Píííí, sonó el validador. Tenía fondos la tarjeta y señora que ahora respiraba aliviada, decía: Si los pesos valieran, no pasáramos estos sustos. Que palabras más profundas para un tipo como yo, que estaba en problemas, pues ni la tarjeta tenía a mano.

Y subieron el resto de pasajeros y yo con las rodillas temblando. Me iba a quedar sólo y convertirme en una presa vulnerable en un escenario en el que pululan pequeños grupos delincuenciales en motos o a pie, con todas las intenciones de joder a la gente mientras le roban.

"¿Y vos, te vas a quedar aquí para que te pelen como chancho?" Me gritó el busero, y siguió con su retajila: "En la bolsa de la camisa tenés la tarjeta", siguió hablando, "pareces baboso". Y sus comentarios ofensivos me parecieron un piropo, estaba vivo y con la certeza que al menos yo, no saldría en las noticias de mañana.