miércoles, 19 de junio de 2013

La utopía del corazón enamorado


Una vez alguien me contó que su amiga no quería enamorarse porque tenía miedo a que le rompieran el corazón, sentía pánico a sufrir, a sentirse viva y tener una fantasía en la vida real.

Pero ella es diferente a otras personas que viven en un mundo paralelo, al que sus amores platónicos la llevan a un planeta utópico, y lo único que hacen en el mundo real es hablar de él o ella, destacar las virtudes y lamentar que se fueron. La vida después de todo debe seguir y no permitir que esos momentos te lleven a un estado de miseria.

Se vale enamorarse y perder, es parte esencial de la vida, como la muerte misma. Por ello los deportes son tan valiosos en el desarrollo de los niños, porque educas a las personas con las perspectivas de ganar y perder, de trabajar en equipo y aceptar la ayuda de tus aliados.

Ya filosofando, es cierta la frase que dice que “es increíble como el ser humano acepta que alguien le rompa el corazón y seguir amándolo con los trocitos que quedan regados por ahí”. Pero la meta es levantarse y seguir adelante, y sobre todo aceptar los consejos de tus amigos que sienten que la única manera de sacarte del estado miserable en el que andas, es reprendiéndote con fuerza quizás sobre humana para que reacciones y reconquistes el mundo.

martes, 11 de junio de 2013

Tarjetas electrónicas para subir a chatarras


Los habitantes de este país tienen un nuevo factor de estrés, pues ahora se necesita de una tarjeta electrónica que contiene todos tus datos personales, para subir a las mismas chatarras de siempre mientras exponemos nuestro ser más preciado: la vida.

Cuando le instalaron las barras a los buses, dijeron que controlarían el desempeño de los conductores, tiempo que se toman para cubrir las rutas, velocidades en las que viajan y un dijeron montón de cosas bonitas, todavía espero que se conozca en los juzgados a que velocidad iban los salvajes de la 104 que asesinaron la semana pasada a un motociclista en el sector de Plaza España.

Claro, esa información se conserva en la base de datos de las barras electrónicas que andan los buses, según los representantes de las diferentes empresas de transporte de la capital.

Y ahora los capitalinos y usuarios del transporte capitalino, nos preparamos para usar tarjetas que para poder obtenerlas debemos presentar nuestra cédula e información que maneja el sistema financiero, como salario, tarjetas de crédito, cuentas bancarias, créditos y deudas, todo para subir la parada respecto a que ya quedan pocos espacios de privacidad personal.

Y mientras las chatarras siguen circulando sin ventanas, puertas, pisos rotos, sin luces, sin focos, sin agarraderos, sin llantas de calidad y llenos de personas que viajan como latas de sardinas, que los convierten en sitios insalubres y extremadamente peligrosos para la seguridad personal, pero que debemos abordar todos los días si queremos movernos de un sitio a otro en esta ciudad.

La verdad creo que la barra no fue suficiente para que los dueños de estos trastes viejos controlaran los ingresos de los buses contra los reportes de los conductores, y ahora suben la parada puesto que la gente ya no pagará en efectivo para abordar un bus, o eso creemos que pasará.

No encuentro ningún beneficio para el usuario, sólo para los dueños de las unidades que todos los días se desgastan y que carecen de mantenimiento.