lunes, 16 de marzo de 2015

Hordas frenéticas en el super


La honestidad no es patrimonio de un pueblo ni mucho menos la idiosincrasia de sus ciudadanos. Son valores que nos inculcan nuestros padres en el hogar y que se riegan en la escuela. Ser honesto te hace mejor persona, permite que te veas a diario en el espejo y no tengas vergüenza de ti mismo, es la catarsis de lo que quieres ser.

Cada quince días, exactamente los domingos me toca ir de compras al supermercado, voy al que pinta sus fachadas de verde porque bueno, los precios son cómodos y venden las mismas marcas que en los otros que las ofrecen a mayor precio, y hasta aire acondicionado tienen. Solo verificamos las fechas de vencimiento y el producto al carrito.

Pero no quiero hablar de eso. Quiero dejar claro además que de vez en cuando voy a los super de las otras marcas y las escenas también las he visto ahí, sin importar las apariencias que quieran vender los protagonistas.

Este domingo, mientras hacía las compras, vi entrar a una familia completa. 5 miembros en total. Los padres, mamá y papá adelante con tres hijos, todos menores de 12 años. Los vi a la entrada, bien vestidos, desfilaban como esas familias en los pueblos, que es evidente que vienen de la iglesia por como vienen vestidos.

Me llamaron la atención, lo justo para recordarlos. Mi Segundo Acto con ellos fue en la zona de los helados, todos atiburrados degustando diferentes sabores y al terminar de comer, a esconder los recipientes. Entonces te molestas, querés denunciarlos pero luego pensás, ¡y los idiotas que deben cuidar la empresa!

Tercer Acto. La zona de hortalizas y frutas. Todos sobre las uvas. Parecían una horda de hienas, con un frenesí que borraba cualquier halo de vergüenza en sus rostros. Parecían una máquina perfecta en su actuar, digo robando.

Yo seguí en lo mío y recordándome en voz alta que no debo juzgar a priorí. Y ya pensar que quizás no tienen que comer en casa, era emitir juicios.

Pero si los padres dirigían la cacería y ensañaban con la práctica, que comer sin pagar NO es un delito, imaginen que será de esos chamacos su vida en el futuro. Ver empaques vacíos por todos lados, es una costumbre en los supermercados o esos tipos que apenas llegan sacan una cerveza y se pavonean mientras andan de compra.

Enseñar valores es una tarea de todos.

sábado, 14 de marzo de 2015

La estupidez irresponsable















Ahora está de moda postear ando con miedo en las calles, hay policías por todos lados. Pero no les da miedo ser irresponsables, no pagar los impuestos, no andar sus vehículos o perolitos como el mío al cien en su funcionamiento mecánico y, el tema del medio ambiente les vale ver gaviotas. Ni saben dónde quedan los talleres que certifican la emisión de gases, ni quieren saber porque sus carros parecen chimineas.

La Ley 431 o Ley de Tránsito establece los requisitos que se deben cumplir para tener derecho a conducir. Pero el gran inconveniente está en los DERECHOS. Todos nos atiburramos la boca gritando en cualquier esquina que tenemos derechos, pero no cumplen con sus obligaciones y entonces, no hay derecho.

Pagar 100 córdobas por derecho a rodamiento por año, es una miseria. Y hay gente que jamás lo han pagado, tienen vehículos hace 5 años o más y exigen que las calles estén buenas, De todo se quejan en el Facebook, pero no cumplen con esta obligación.

Que tu vehículo funcione correctamente es un tema de seguridad por tu vida misma y la de los tuyos que transportas a diario. Nadie revisa como andan los frenos, lo más vital. Y cuando hablamos de las luces de parqueo, de frenado, pides vías y laterales, a muy pocos nos importan si andan funcionando bien.

Que el freno de emergencia funcione, que el pito suene, llanta de repuesto y gato para subir el carro, triángulos, extinguidor, son las variables que revisan para darte el certificado que aprobaste la inspección mecánica. Sencillo, son temas de seguridad personal, pero es más fácil echar la culpa a otros.

Hay gente irresponsable que maneja con el Seguro vencido, le gustaría que un cabrón de esos los colisione y deje a verga, sin posibilidad de reparar tu carro. Aún recuerdo la frase de un taxista, “te puedo dar 10 córdobas diarios, si querés”, eran tiempos que no existía el Seguro Obligatorio.
Y la licencia, bueno solo un pendejo que jamás se detuvo a leerla no sabe que se vence en la fecha de su cumpleaños, y preguntando se llega a Roma decía mi abuelita, y claro que la podes renovar 30 días antes de la fecha de vencimiento.

Y citando textualmente a la Primera Comisionada Aminta Granera, “Si conducen responsablemente, si andan los documentos en regla, a qué le tienen miedo”. Fácil, a la ignorancia, y las ganas de ser famoso a cuenta de su estupidez diciendo tengo miedo a andar en las calles, ya hoy es 14 de marzo, y el primero de abril está cerca y será el crujir de dientes, a como dice la Biblia.